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viernes, 13 de octubre de 2017

Tania y el hombre de 50 años. Parte I

Tania salia de su trabajo angustiada, casi corriendo,  por llegar a tiempo a su clase de las 18 horas en su universidad, por desgracia, o no se si por fortuna, debía hacer trasbordo en el metro para poder llegar a tiempo. Esperando en la estación intermedia, que por suerte, pese a la hora tan congestionada, estaba vacía, se abren las puertas de unos de los articulados y salen algunos pasajeros, cada uno de los cuales camina a su destino, pero uno de ellos se queda justo a su lado. Tania alzo poco a poco su mirada, recorriendo los zapatos, el pantalón y se detuvo a mirar el libro que llevaba en sus manos aquel hombre que se quedo a su lado. Casi sin disimular trataba de leer el titulo, pues podía hacerse una idea de la persona según el tipo de literatura que lee. Y en su intento por averiguarlo fue sorprendida por el dueño del libro, que con una sonrisa la observaba en su tarea.

- Se llama "El monje que vendió su ferrari" interrumpió aquel hombre, mientras le permitía ver la cara del libro.

Tania fue elevando con gran vergüenza su mirada hasta tener sus ojos fijos en los de él, y se encontró con unos profundos ojos azules que hacían un especial juego con su traje gris y el gris de sus canas, lo cual lo hacia aun mas interesante.

- Ah! que pena, solo quería saber que libro era, contesto un poco sonrojada Tania.
- Hacia donde vas?
-Hasta la estación Catalán, a clases.
- Yo igual, trabajo en el Ministerio de Agricultura, las oficinas quedan justo al frente, ya iba a casa pero olvide unos documentos importantes así que tuve que devolverme.

Derrepente llego el articulado del metro y ambos se subieron en él, se sentaron en los puestos desocupados, mientras aquel hombre hacia una breve reseña oral del libro que uniría sus vidas.

- El libro trata de un abogado que le obsesionaba la plata y que después de tener un infarto se preocupa por la trascendencia y la espiritualidad, se pone en plan filosofo, viaja al Himalaya donde encuentra a unos monjes con los que descubre como llevar una vida mas feliz, apasionada y en paz. Qué te parece?
- Wow, muy interesante la verdad, respondió Tania, quien no dejaba de perderse en el azul de los ojos de quien le hablaba, como si el dejar de mirarlos la pudiera desconcentrar.
- Qué estudias?. Pregunto interesado el de azul profundo. 
- Sociología, me gustaría trabajar con proyectos del Estado.
- Que bueno!, quizá te pueda ayudar, hay muchos proyectos que el gobierno esta gestionando desde el Ministerio de agricultura, si gustas me podrías dar  tu correo y te paso alguna información que te puede interesar.
- Por supuesto!

De repente, ya casi llegando a la estación destino, aquel hombre saco su pluma del bolsillo interno de su saco, y quedo esperando con una mirada al dictado de Tania. Justo anotó los datos de la chica universitaria  en la parte trasera del famoso libro. Una vez tomo nota de sus datos, se presentó.

- Me llamo Alvaro Portillo, fue un gusto Tania.

Justo en ese momento se detuvo en la estación, y ambos tomaron direcciones contrarias, despidiéndose con una sonrisa y miradas algo cómplices y expectantes.




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