Entradas populares

domingo, 30 de julio de 2017

No son folladores incansables, son hombres

Siempre escuchamos decir que no hay que dejar apagar la llama del amor y que se debe trabajar para no caer en la monotonía de la vida de pareja. Fácil decirlo, complicado accionarlo. En ocasiones solo una de las partes le mete las ganas, y la contraparte o no se da cuenta del esfuerzo del otro, o no quiere salir de su zona de confort?, en fin puede haber muchas otras razones.

No tengo ni idea con que tanta frecuencia los hombres lo intentan después de un tiempo de convivencia con su pareja, posiblemente hacen su mayor esfuerzo cuando algo cambia en la mujer, porque si bien en cierto somos especialistas en meterle toda las ganas al asunto, intentamos una y otra vez, intentamos hablar y comunicar de muchas formas lo que queremos, pero cuando no hay motivación por el otro lado, como cuando sentimos que la vaina como que no camina, entonces cesamos de actuar, callamos y poco a poco  como que lo dejamos todo en manos del destino.

Esa frase que muchas hemos visto en las redes sociales de que "una mujer no hace ruido cuando se va, puesto que ya lo hizo cuando quería quedarse, y ellos ni cuenta se dieron",  muy cierta, no se que tan sabia, pero a veces pareciera que los estrategia de los muñecos de plastilina tampoco es suficiente.

Ahí estaba yo, pendiente del reloj, con la expectativa de su llegada a casa. Me di una ducha y perfume mi piel, y para cuando salí del baño, él ya había llegado del trabajo y estaba en la cama entre viendo su programa favorito y revisando y contestando mensajes de whatsapp.

Me quito la salida de baño y entro a la cama, le doy unos besos de "bienvenido a casa de nuevo" mientras él juega con mi cabello mojado. Le doy espacio para que termine de revisar su teléfono, mientras me pego a su cuerpo intentando seducirlo silenciosamente, practicando aquello de mantener la llama de amor, pero mi adorado prefiere ver tv y regalarme besitos entre comercial y comercial, por lo que me di por vencida, di media vuelta  y me dormí,  resignada y envidiando al control remoto o el teléfono que constantemente manoseaba.

Será necesario que para la próxima ocasión deba dejar una nota en la pantalla del tv o enviar una mensaje de texto diciendo  "mi piel está perfumada y fresca para ti, te apetece? estoy disponible", conseguiría así que entienda mi iniciativa?

Al siguiente día, estando aún en la cama dándonos la espalda, él se da media vuelta para poder abrazarme (por fin! pero ya para que!)

- Vaya te acordaste que dormias con alguien! - fue lo primero que me salió de mi boca.
- Y si! dormido no hay forma - respondió mientras terminaba de acomodar sus brazos para no incomodarse y seguir pegado a mi.
- Y despierto parece que no soy tu prioridad!- fue mi contra ataque!

A veces me pregunto por qué tendemos a darle prioridad a quien no nos la da? será algún tipo de patrón que repito en mi vida, cual circulo vicioso, que termina por hacerme sentir que lo doy todo y no recibo nada a cambio, y al final solo me queda el sinsabor de la frustración?

Esa mañana, permanecí callada, me coloque mis audífonos y decidí escuchar música, tratando de no darle importancia a quien me abrazaba, pero confieso que soy mala para ignorar por mucho tiempo a quien duerme a mi lado cada día y me brinda esa sensación de protección y afecto, a pesar de su falta de percepción a mis iniciativas. No podemos aceptar lo maravilloso de las personas y no aceptar sus defectos, hay que aceptar el paquete completo. Y ahí estaba mi propio ojo acusador, mirándome, recordando el difícil paquete que soy pese a mis virtudes, y aunque faltan facetas por descubrir, le estoy agradecida por quererme en su vida.

Después reflexionaba y me decía a mí misma: quizás llegó cansado de la oficina. A lo mejor es hora de quitarnos la idea que nos han vendido del follador insaciable e incansable (que gran carga se ha puesto sobre la espalda de nuestros hombres, que han comprado la idea y luchan por exigirse a sí mismos cada día) y que también se toman sus días de reposo.

Finalmente él noto mi silencio prolongado y supo sacarme una sonrisa luego de varios intentos por tratar de entender que me sucedía sin recibir respuesta alguna de mi parte. Poco a poco sus tiernos y suaves besos fueron derribando la barrera que había colocado antes de dormir y antes de levantarnos él cumplió mi deseo. A lo que concluí que es necesario dejarse de seducciones disimuladas y decir directamente que es lo que se quiere y actuar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario