“Si nos pegan,
ponen orden.
Si nos matan, fue la
crisis.
Si nos desaparecen,
fue una guerra.
Si luchamos, somo
terroristas.
Si reímos, somos
negros.
Si lloramos, somos
maricones.
Pero...
Si callamos, somos
suyos”
Kant sentó las bases de
la modernidad cuando nos insta a salir de la minoría de edad, es
decir cuando nos insta a servirnos de nuestro propio entendimiento,
sin la ayuda de otro, lo cual se convierte en la premisa de la
modernidad, desde la visión eurocéntrica-provinciana-regional, que
propone la emancipación y “la salida de la inmadurez por un
esfuerzo de la razón como proceso crítico que abre a la humanidad
a un nuevo desarrollo del ser humano” (Dusell). Es por ello que
Kant nos enseña que no necesitamos de un tutor que decida por
nosotros y cuarte nuestra libertad, por tanto ilustrarse es poder
pensar por uno mismo.
¿Vivimos en una sociedad ilustrada?, Es posible que en esta era de la información y
la hiperconectividad, la gran parte de los seres humanos no cuenten
con la condición y posición de servirse de su propio entendimiento
cuando sus opiniones, sus razonamientos y sus procesos de
pensamiento y valoración están permeados por los tutores modernos,
los medios de comunicación, los cuales construyen una realidad
significativa, condicionada por intereses políticos y económicos,
bien sea de un Estado o mundial mente, generando una visión del mundo
influenciada y sesgada por los centros de poder.
Lo anterior nos lleva a
pensar que no solo la gran mayoría de las personas continúan en la
minoría de edad, sino que aun vivimos un colonialismo intelectual.
Si bien, ya no es un Estado extranjero el que con ayuda de la fuerza
militar domina y explota un territorio, ahora lo que vivimos es la
imposición ideológica, que por medio de los medios de comunicación
y otras formas de producción cultural, imponen valores, formas de
pensar y generación de opinión para poder controlar y, en algunos
casos apropiarse de los recursos de un país. Y es aquí donde la
dimensión semántica y la complicidad del lenguaje, que nos plantea
Lander, juega un papel importante, porque “el significado de las
palabras y los conceptos dependen del poder y lugar desde el que se
anuncien”.
Por ejemplo, por mucho
tiempo hemos usado el concepto de “bosque” para referirnos a las
selvas colombianas, las cuales siempre hemos tenido, pero hemos
adoptado esta expresión ideológica europea de las multinacionales
usada e impuesta para poder expropiar y patentar nuestras selvas y
así llevárselas y plantar bosques, sin ser acusados. Es así como
desde el poder se genera una visión del mundo, completamente ajena y
euro céntrica, y hacen que nuestros procesos de pensamiento dependan
de la manera en que los medios de comunicación, su arma, nos
conduzcan, nos adiestren y nos muestren no solo el camino, si no lo
riesgos y amenazas de ser o pensar diferente, de razonar, de crear
nuestra propia opinión, de ver las cosas de otro modo, y de poder
decidir estar en una posición neutra, a favor o en contra de los
centros de poder.
Ahora bien, tenemos por
un lado que desde el punto de vista económico que la racionalidad,
ligada al capitalismo, se resume en producción a gran escala, con
costos cada vez mas bajos y mayores ganancias, privatización,
intervención del Estado, control de la moderna, entre otros factores.
Y por otro lado que en los inicios de la modernidad, la racionalidad
también se vio como la manera de desarrollar a los primitivos,
rudos o bárbaros de las nuevas colonias, como exigencia moral. Sin
embargo, hoy por hoy se está apostando a la racionalización desde
la diversidad, no solo donde se respete el “nosotros” (Europa y
EEUU), sino también el “otro” (el resto de mundo), la
multiculturalidad, pero esto es un proceso lento, ya que como lo
decía Kant hay quienes no sienten la necesidad de pensar, y no están
en la capacidad de decidir por si mismos, y a su vez los tutores
modernos frenan el proceso.
Finalmente, hoy por medio
de masificación de las redes sociales y otros medios tecnológicos
de interacción, todos contamos con la posibilidad de opinar y hacer
uso público de la razón, exponemos públicamente al mundo nuestros
pensamientos, se generan marchas para dar a conocer posturas
diferentes, se reflexiona desde los establecimientos académicos, se
confronta al Estado, pero no hay cambios, se continúa haciendo lo
que se se dice desde los poderes políticos y económicos, es pocas
palabras, podemos razonar todo lo que queramos, pero debemos seguir
obedeciendo.
Referencias.
- Kant. La ilustración.
- Edgardo Lander. Los civilizados y los barbaros
- Enrrique Dussel. Europa, modernidad y eurocentrismo.
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